Desnudo femenino neoexpresionista – Óleo sobre lienzo de Jesús López Sánchez

Descripción:
La pintura parece estar realizada al óleo sobre lienzo, caracterizada por pinceladas visibles, una rica textura y un uso expresivo del color. El artista emplea tonos intensos y poco naturalistas —naranjas, amarillos y rojos vibrantes contrastados con azules y verdes más fríos— priorizando el impacto emocional sobre el realismo. Los contornos marcados y visibles recuerdan las técnicas fauvistas y expresionistas, enfatizando el color y la forma en lugar de la representación fiel. El desnudo femenino se representa en una pose dinámica, posiblemente arrodillada o semisentada, con gestos exagerados y volúmenes escultóricos. El fondo se simplifica —quizás una cortina y una ventana— creando un espacio plano y decorativo que aísla y resalta la figura. La tensión entre el color decorativo y la representación figurativa sugiere una intención estética más que una mera imitación de la naturaleza. Estilísticamente, la obra podría pertenecer al fauvismo tardío o al expresionismo figurativo moderno, o bien ser una reinterpretación contemporánea del desnudo con influencias de mediados del siglo XX, como la nouvelle figuration. Prioriza la emoción, el color y la representación simbólica sobre el realismo estricto.

Artista influenciado por:
Durante las décadas de 1980 y 1990, el Neoexpresionismo mantuvo una relevancia significativa tanto en Europa como en España. Este movimiento revitalizó la intensidad emocional y el lenguaje gestual del Expresionismo histórico, reinterpretándolos desde una perspectiva más personal, simbólica y contemporánea. Su lenguaje visual se define por colores vivos y contrastantes, pinceladas libres y texturizadas, y una figuración emotiva y no realista que concibe el cuerpo humano como un conducto de energía, expresión y sentimiento. En España, esta corriente estuvo representada por artistas como José Manuel Broto, Gabino Amaya Cacho, Miquel Barceló —en su primera etapa figurativa— y Rafael Canogar durante su retorno a la figura humana. En este contexto, la obra de J. Cosán se inscribe en el Neoexpresionismo español de las décadas de 1980 y 1990, un movimiento que recentró la figura humana como eje de la creación pictórica, plasmada con intensidad emocional y cromática.

Estado del marco:
Marco de madera moldeada y dorada, con leves imperfecciones y daños. Firmado. En el reverso, firmado, fechado entre 1994 y 1995, y dedicado.